
Pero, si estuvieras aquí… aquí conmigo… lalalala
¿Quién no ha luchado con su YO, cuándo siente que este quiere salir corriendo y agarrar el primer avión que despegue al lugar donde están las personas que más queremos? ¿Quién no ha moqueado por horas tramando como transformar distancias en cercanías milagrosas?
Estoy sola en mi cuarto, abrigadísima – el frio es el peor enemigo de una mujer y sobre todo de las que nos gusta desaparecer por horas en la calle – pero es bueno, estoy escribiendo.
Estábamos hablando de la distancia, sobre todo lo que es para nosotras las mujercitas… son horas interminables de recuerdos, de momentos, de lágrimas… ok ok, no para todas (gritan el bando de las superadísimas) – pero para muchas eso significa tener que esperar, marcan en un calendario cada día que pasa, contar y volver a contar los meses que faltan para volver a ver a alguien… un amigo, un familiar, un padre, una madre, “a special person”
Bueno, es de ese último con el que moqueamos más… cosas de la vida.
Entonces todas las canciones que tengan que ver con distancia, amor, separación, etc. etc. etc. Se nos viene a la mente…
Recuerdo mi primera separación, estaba “enamoradísima”… vivíamos a unas cuadras uno del otro, ese era la distancia más grande que existían entre mi primer amor y yo… pero entonces entró en escena el enemigo del amor – la verdadera “distancia” – él tenía que viajar y dejarme por 3 largos meses de vacaciones… ¡como sufría!
Llegó el momento en que tenía que decirle “Adiós”… recuerdo que nos enviamos una cartita quedando el lugar donde nos veríamos “por última vez”- olvidé contarles que para ese tiempo mis padres no creían que los niños se enamoraban, así que les daría un infarto si se enteraban que tenía novio – nos vimos en un parquecito, nos abrazamos, lagrimeamos juntos, intercambiamos recuerdos (por no decir él un collar y yo un brazalete con mis iniciales – desde ya, una posesiva – ya pues, así era y ¿qué?) – entonces se fue.
Pasaron semanas interminables, escuchaba la radio con las “mejores baladas” y el corazón me dolía cada vez que escuchaba una que él coreaba – que vacilón – confirmé cuanto duele separarse de alguien que quieres.
Cuando regresó me buscó, mediante el timbre en particular de su bicicleta me hizo saltar de la sorpresa – yo, sólo volteé y la indiferencia abarcó el lugar – no había respuesta.
- Hola, ya estoy aquí
- Mmmm… ya me di cuenta, que bueno
- ¿Qué pasa?
- Nada
- Ya, dime… ¿por qué estás molesta?
- ¿Qué? ¿Por qué?... pasaron 3 meses y 3 días, me dijiste que sólo te irías 3 meses y ahora preguntas, ¿qué me pasa?
Ahora me río como nunca… ese fue la escena de recibimiento más “romántica de mi vida amorosa”
Pero aquellos tiempos, la simplicidad de la distancia no era la misma a la de ahora, los tiempos cambian, la vida amorosa de cada uno pasa por cambios, subidas y bajadas, terminaciones y comienzos, infidelidad y más… hoy la distancia se ha vuelto una palabra que rompe corazones cada día.

Tengo una experiencia más de la distancia, esta vez no es la típica historia bonita de niños que se aman… es una experiencia de alguien muy cercana a mí, estaba con alguien al que luego de mucho tiempo de conocerlo me caía mejor, sobre todo cuando comprobé que el amor que tenía por ella era lindote. Pero por cosas de la vida, se tenía que marchar a seguir sus estudios a otro lugar – kilómetros lejos de ella – aceptaron ambos seguir (el amor venció algunas barreras) así pasaron unos meses, cuando volvió no era el mismo, habían vacios que no se podían llenar, la comunicación era nula, las inseguridades no podían callar más… el final llegó, ambos sufrieron muchísimo, pero acabó.
Sé que eso no pasa siempre, hay historias de algunos que conozco que terminaron tan bien – que “envidio” la buena compatibilidad y superación que tienen – llegaron a concluir su historia de amor en estar juntos, formar un hogar, etc.
Si pudiéramos vivir la distancia como en las películas de drama más populares de Hollywood – sería excelente – como cuando en una escena los enamorados se separan, pero 2 escenas después se están encontrando, porque ésta así de fácil subió a un avión (después de mostrar al o el “monse” – que al lagrimear por la triste escena – un avioncito despegando) apareció frente a la puerta de éste, lanzándose sin pudor a sus brazos con tierno beso – que poco a poco se vuelve más intenso – terminan en un revolcón en el depa que será su nuevo hogar... porque obvio, ella vino a quedarse con su eterno amor – “the end” – vivieron felices por siempre.
Pero en la vida real, es distinto (por no decir, difícil) tener tanta cercanía seguida con alguien que vive a “más de cientos de kilómetros”
Cosas como esas, nos ponen tristes, alborotadas, ansiosas… nosotras sufrimos, nos sentimos perdedoras y hasta las más “chicas con mala suerte”… sólo imaginar que en donde esté nuestra “special person” habrá muchas que teniéndolo cerquita (unos centímetros, 15 minuticos, unas cuadritas, etc.) estarán listas para dar el zarpazo y convertirlos en lo que nosotras tanto deseamos…
Ahora mismo, al leer esto, ¿quién no está pensando en alguien lejano? ¿Quién no quisiera tener unos dolarcillos que le sobre en el bolcillo, billetera, cartera y así sin pensarlo dos veces comprarse un ticket de viaje y volar a donde nos lleve el corazón?

La distancia y el amor, juegan un papel tan importante en la vida de las personas… pero bueno, nuestro único consuelo es saber que donde te encuentres, en cualquier parte de este globito de agua, tierra, atmosfera… cual sea tu ubicación, alguien piensa en ti… alguien te quiere, alguien te extraña… y corea a viva voz – no importa en la ducha – “A más de cientos de kilómetros, puede tu voz darme calor igual que un sol… la la la” entre otras canciones.
Yo sólo siento que la distancia es un termómetro de cuanto podemos vivir, sentir, recordar, extrañar a alguien que significa algo (por más pequeño miligramo) en nuestra vida.
Ahora sí, depende de uno que la distancia llegue a ser una asesina de los buenos momentos, una asesina de la alegría de saber la existencia de nuestra “special person” – no lo duden, agarren sus teléfonos, el chat, el facebook, hotmail y posteen, escriban, comenten, hablen, etc. Etc. Etc… con aquella “special person”… no dejen pasar el tiempo dentro de una distancia – este nunca más vuelve.
Es más, me tengo que ir – estoy con las ganas de escribir a alguien… espero que sea recíproco, sino… ¿qué más da?
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