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jueves, diciembre 27, 2012

RECUERDOS…


Sinónimo de “no olvidar”


Cuándo una mujer empieza a olvidar? – Se preguntaba Ana – mientras peinaba su delicado cabello. Ella presentía que algo andaba mal… No había dejado el pasado y cada detalle “sinónimo” le recordaba a ese alguien que no se fue con un “adiós” – y ella sólo pestañeaba con cada recuerdo – mala idea!
“Somebody that i used                to know” – esto podía deletrearse silenciosamente en aquella habitación que le rogaba dejar de divulgar sus recuerdos – pero ella callada frente a una sola canción, sólo dejaba que la melancolía le invadiera y quebrara aquellas ganas de respirar profundamente…
Han pasado meses y Ana ya había empezado a vivir – no pudo evitar una sonrisa de satisfacción mientras se detenía en acontecimientos que le devolvieron la misma… pero aquella tarde, una mentirosa señal le devolvió la duda – ella deseaba una respuesta, deseaba encontrarse con algo que sencillamente desapareció.
Dicen que se debe recordar los mejores momentos, los que te llenaron de felicidad, pero esta vez Ana deseaba recordar aquellos instantes que desaparecieron en su reloj… esos que no los recuerdas con claridad y te dejan inerte, son vacíos que en la línea de tu vida no pueden ser llenados – dicen que son los de las equivocaciones, algunas penas, los confusos momentos de ver la realidad, los crueles o maliciosos – a Ana le tocó aquellos que se hacen llamar desilusiones… y mientras se preguntaba por qué aparecieron, algo le respondía…  en busca de respuestas…
Aquella tarde la mente de Ana podía recibir una sola… la cantidad de lágrimas que había dejado escapar de esos coloridos ojos no deseaban volver a rodar por sus mejillas.
Un nudo en la garganta se alistaba, en ese momento pudo sentir la presión en su pecho y por un instante sintió que dejaba escapar un suspiro – era raro, no había pasado en meses – Ana estaba deseosa de descubrir lo que se imaginaba que volvería por la revancha. Se sintió acorralada por sentimientos encontrados y su historia quería seguir en el pasado…

Cuándo una mujer ha olvidado verdaderamente? Cuando perdona? Cuando no vuelve a recordar?
Ana sólo sintió que aquella tarde le demostró algo… habían heridas que no habían cicatrizado y que tenía otras que habían sido cubiertas tanto que llegaron a abrirse. Ella había conseguido tanto guardar ese mal – que había olvidado cómo se siente sanar.
Cuanto más deseamos olvidar, más nos estamos ligando a esos recuerdos… no sé si volvió o simplemente no se ubica en el pasado… pero sé que estoy tomando precauciones para no confundirme esta vez – Pensaba Ana mientras recorría aquellos recuerdos, buscando por dónde empezar a  recortarlos.
P.D. después de meses pude volver a ver su foto, había olvidado cómo se veía – Lo que no ha cambiado es el modo de ver a aquellos que confían en su escaza sonrisa… pienso mientras sonrío al sentir satisfacción de olvido.

jueves, abril 08, 2010

ANA Y OTRO MÁS


Entonces volvió…
Hace un tiempo que no me sentaba a escribir acerca de lo que más me gusta… aquellos pobres hombres…
  • Significaría mucho para mí sentir tu compañía nuevamente,
  • No sabes como me haces falta… Ana escuchaba aquellos susurros como simples palabras baratas que de hecho se llevó el viento.
Ella ya no aceptaba que aquello le afectara, pues estaba mejor acostumbrada al hecho de esperar a alguien que llenara aquel vacío con una hermosa sonrisa… para ella, él ya no existía.
Entonces él seguía:
  • Discúlpame si no pude comunicarme, estaba trabajando y algo estresado… pero siempre pensando en ti.
  • No trates de alejarme, juntos podremos salvar esto.
Ana sonreía mientras lo escuchaba, en parte estaba complacida por volverlo a ver, tras de ese gran amor que pretendió abandonar.
Pero algo le pedía que tomara más atención.
Entonces pudo sostenerse mientras contestaba:
  • Lo siento, estoy muy bien sin ti.
  • Mejor dejemos las cosas como están, seremos amigos con el tiempo.
Aquella simpatía no pretendía ser el final, pues los últimos días recibió muchos comentarios pidiendo una nueva oportunidad.
Es simple, aquel volvió y no pretende dejarla, ¿será que se dió cuenta de lo que perdía, será que en serio ama, será que simplemente quiere atraparme y volver a tenerme como un triunfo en aquella vidriería tan desgastada por las oportunidad perdidas? – eso se preguntaba silenciosamente, Ana.
Muy dentro de ella quería saber la verdad, pero su identidad le provocaba dejarlo ahí, en aquel abandono que ya se vivía en el ambiente… ella pensaba menos en él, desde que se fue todo cambió, volvió a sonreír con aquellos que una vez abandonó por centrarse en él y su orgullo.
Aquella Ana, estaba contenta por sentirse tan bien acompañada por nuevos chicos que despertaban en ella sensaciones de encanto, gusto… era simpatizante de muchas aventuras, estaba contenta con poder decir que estaba sola.
Despertó en algunos, aprecio, en otros amistad y, en uno cariño seguro… éste le mostró que aún había oportunidad de enamorarse en serio, contaba con la seguridad de volver a sentir amor, querían demostrarse que no todo termina cuando pierdes a alguien que amas, por la tontería del orgullo, de la infidelidad – Ana estaba contenta.
Es que a veces nosotras necesitamos un empujoncito para poder lograr lo que en mucho tiempo no podríamos.
Necesitamos tal vez una mala jugada para liberar el sentimiento de aventura y, lograr sentirnos completamente felices.
Necesitamos a otro con el mismo sentimiento, con la misma historia, entonces es ahí donde encontramos a alguien que sabrá como tratarnos, como conquistarnos.
Él esta solo, ahora Ana lo verá seguido, él volvió no a su lado ni a su vida, está cerca, pero segura de que no entrará más a su corazón.
Lo ve siempre que coinciden en algún lugar, pasa seguido, pues tienen amigos en común, ella sólo respira y sonríe.
Ha podido notar en sus ojos tristeza, ella quiere abrazarlo y besarlo por última vez para demostrarse que él ya no es para ella… pero no, sería traicionar su convicción.
Él se ve triste, pero lo ha visto a sí muchas veces y siempre a sido una jugada del destino para volverlo a considerar como algo suyo.
Quizás un poco confundido.
Pero es que los hombres no ven en nosotras alguien especial, fuerte, amante, buenas mujeres, hasta que nos pierden y saben que cada una es única, es un molde diferente, es un sentimiento distinto.
Si se enamoraron de una y la pierden nunca más la encontrarán, la verán de lejos y sonreirán por verla tan contenta con alguien que pretende hacerla feliz.
Estos pobres hombres dejan escapar lo mucho más, tal vez, de lo que se merecen.
Sin saber que lo que se va…muchas veces no vuelve.

martes, diciembre 22, 2009

Ana y sus suspiros… (Síndrome de Estocolmo)




Parece una paradoja de amor, como es que una puede seguir sintiendo tanto deseo de estar junto a alguien que la maltrata. No, realmente no la maltrata, ella deja que él se lleve todas sus fuerzas, sus deseos, su hermosura, ella es la que permite que esos sentimientos sigan aferrados a alguien que con las pocas atenciones, le a dado a entender que no la ama.
Tal vez esto se explica con la razón de querer estar acompañadas, o querer cumplir con los deseos de aquellos corazones con tanta necesidad de amar.

Ana ha vuelto a comunicarse con aquel que siempre está en sus sueños.
Esta vez fue él…
Ella estaba confundida, no sabía como reaccionar a tal suceso, cedió por responder, pero pensó que sería otra de sus tonterías de; quiero pero no... Pobre.
Así que la segunda llamada no se hizo esperar, ella lo pensó menos esta vez
Entonces vino la tercera;
- Hola
- Hola, ¿te desperté?
- Oh! No. Está bien, no hay problema, dime…
- Pues, espero que no te moleste que llame, es sólo que quería saber de ti… si estás bien.
- Jajaja, pues tratando de dormir
- Lo siento, en serio no quería molestar

Ella sólo se preguntaba si era una más de sus preguntas seguidas por un enorme silencio y luego, sí, luego una enorme metáfora en el espacio… un no saber que siente.
- No hay problema
- Extraño verte
- Jajaja, ¿en serio? Es una declaración
- No exageres

Cruel, esa es la palabra que Ana tiene en la mente, la sensación de olvido había desaparecido.
Estaba envuelta en la nube de sueños que tanto le acercaban a él.
Patético, pero cierto.

- Bueno, espero que me contestes más seguido.
- Tal vez
- Te dejo dormir,
- A dios

Y entonces todo vuelve a la normalidad, queda otra vez el vacío, el pensamiento incompleto de su historia de amor.
Ya no sabe si es la soñadora perfecta o la protagonista.
Él solo tendrá una sonrisa, seguido del olvido más posesivo de todos. En unos minutos olvidará su voz.
Aquellos suspiros están en el aire.

Esta mujer tiene mucho que entregar, la conozco.
Pero es que ella es la que quiere volver, la entiendo pues muy dentro de mí se esconde una Ana.
Pero no, esta Ana ya entenderá lo que es superar la alarmante desilusión, pero es que la verdad está ahí.
Una decide cuando dejar de sentir, se vuelve tan fría, tan cruel, hasta termina siendo una feminista perfecta.
Deja el corazón de lado e ingresa a un mundo fuerte, donde frente a todos nada te vence, y dentro de ti misma va creciendo la energía y el poder de decidir tus sentimientos.

Querida Ana, todo pasa. Aquel tonto sólo pretende recordarte que él es dueño de tus sueños, quiere saber si aún te posee, así divertirse con sus aires de buen mozo.
Pero permítele sorprenderse, hasta que llegue el momento en que se enfrente a la fría verdad, la de sentirse solo, sin lana ni oveja.
Entonces tus suspiros, aquellos que hoy flotan en el aire cruel de aquel desprecio reclamaran a su dueño.
Pero tu estarás preparada para decidir a quien quieres que te tenga en mente.
Entonces, el Estocolmo sólo es una sensación pasajera de alguien que por ahora no esta preparada para vivir disfrutando de la soltería.

Mientras más conozco a los hombres, más sonrió al ver a algunos transformados en una Ana, metafóricamente.
Pero mientras más los conozco, más amo mi soltería.
A dios Ana, tal vez ya no vuelva a hablar de ti, o simplemente te esconda hasta saber si cambiaste de opinión.
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