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miércoles, julio 13, 2011

DE UNA NOCHE Y MÁS

Así que shh shh... nadie lo sabrá

Acaban de enseñarme a sentir esos cosquilleos y sensaciones guardadas celosamente...

Por acá me dicen que “en la repetición está el gusto” – tal vez sí, hubo una tercera... y fue mejor.

No soy la mejor o la peor en asuntos del corazón... pero definitivamente esta vez me vencieron las ganas de sentirme amada – ¡!

Es que, simple, no es... tampoco cosa de mutantes, pero en mi caso es para morir de la risa con cada una de mis ocurrencias y nerviosismo – Y que empiece a sonar la hora loca – para relajarme... Haber, les confieso que estaba muy incómoda por algunas palabras que se dijeron un día antes – lo sé, el chat es una cosa y “face to face” es otra – pero nada quita las intensiones. Él se comportaba como todo un niño que no resiste la tentación de captar el interés y recibir cariño – Sí, eso me gusta.

Mientras en la radio de aquel auto – sonaba una música relajante (por no decir deprimente), era el 93.10 f.m. (si no me equivoco)... pude entender que nada me haría perder las ganas de abrazarlo, besarlo y poder sentir que no podía estar sin él.

Entonces empezó la cuenta regresiva y no dejar pasar un segundo sin demostrarle que me gustaba...

Todo pasó en el silencio de una tarde-noche... desde besos sencillos hasta abrazos acalorados.Quiero decir que estuve feliz – viéndolo a los ojos, acariciándolo, besándolo intensamente.

Pero... nada es fácil para alguien como yo... el nerviosismo me embargaba, dentro de mí la lucha por gritarle que necesitaba sentirlo mío, sólo se demostraba con una sonrisa coqueta, pero definitivamente nada de lo suelta que pretendía ser, me salía.

En pocas palabras interrumpía cada caricia con mi miedo desenfrenado de que vaya más allá de lo que quería.

Pero sí, se siente bien – todo era realmente bueno, quería comérmelo a besos, sentía las mejores sensaciones, abrazarlo y sentir cada pulsación de su cuerpo, cada sonrisa y suspiros que destacaban nuestra aventura – sencillamente estaba sintiéndome diferente.

Haber, pensé en algo – ¿Por qué no me atrevía a sentir aquellas sensaciones? – mi única respuesta se encuentra en aquellas carisias experimentadas.

Pequeños detalles... después de abrir los ojos, suspirar y sonreír con algo de “roche” – mi única respuesta fue volver hacia él y silenciosamente perderme en aquella mirada satisfecha... Mientras en mi mente sólo encontraba algunas preguntas - ¿Qué piensa ahora de mí? ¿Qué hago, qué digo? ¿Cómo me explico y me excuso ante aquel hecho? ¿Y ahora que pasará? – pequeños miedos que alguien como yo siente hasta ahora...

&-       ¿Qué paso? (mientras me sonreía, abrazaba y besaba)

&-        Nada... (Con mi cara de susto e interrogante)

&-       ¿Nada? – Ok, tranquila... (continuaba calmándome, mientras me acercaba a él)

&-        Me gustó... no preguntes más.

&-       Ok. (Mientras extendía una sonrisa sarcástica, entonces me abrazaba y besaba – esta vez con tanta suavidad)

Ahora, mientras escribo esto, puedo notar aquellos detalles, que cuando estamos en escena no sentimos, no divisamos llegar... ¿Qué pensaba de mí? ¿Qué estará diciendo ahora? – no lo descubres hasta que pasan las horas y confirmas tantas cosas.
Pero sé una cosa:

&-   Yo no pienso (no tendría que pensar, entonces me abrazaba y demostraba seguridad)" - ¿Será verdad?

Sencillamente estoy aún craneando como tomar esa situación – no soy la “novia”, soy la... bueno, “amiga”. Todo quedó en un simple "Adiós" – sólo confirmo que muy dentro del contexto ambos sentimos una atracción, deseo, gusto,  etc.- (Espero)

Para él soy alguien especial, eso suena bien... si no fuera por lo lejos que puede estar – algo que quita toda buena intensión.

Pero así es la vida, de pronto te interesas en alguien con un sencillo fin...tenerlo, amarlo, demostrar que puedes ser su felicidad – pero no creo que entre todo esto exista métodos, alternativas, decisiones difíciles para convertir tanto deseo en “amor” – porque simplemente “eso” no se consigue... sólo se siente, se entrega.

Por cierto – Hay un tiempo específico para – ¿el amor? ¿Para la entrega deseada? ¿Para sentir que tu amigo se convirtió en tu “primera sin segunda” tu “experimento deseado”? ¿Saber que piensa él?... Pues a mi defensa responderé que no lo sé, aún no logro responderme a mí misma.

Hay una solución tal vez...y no la “manyé”. Simplemente uno toma decisiones inesperadas y la “friega o se arriesga a ser feliz”.

En definitiva cuando el momento llega sabes que no puedes escapar a un deseo escondido...sólo sentir su respiración te sugiere tener más de él. Algo en mi, cambió esa noche, tal vez se confirmó más el verlo de otra manera – no me arrepiento de nada –  y aunque necesariamente no pasó “algo de gran magnitud” –disfrutamos sentir lo necesario – según él.

Eso es sencillamente una parte de lo que podemos llegar a sentir – sonreír inmensamente mirándose a los ojos – descubrir que puedes sentir tanto con pequeños detalles...


P.D. Esa noche fue culpable del cambio de pensamiento que estoy teniendo acerca de las relaciones, los hombres y sobre la conformidad a estar sola – ¡creo!

Aún nada está confirmado (con respecto al cambio de pensamiento), pero si eso llegara a pasar, seguramente seré feliz. Sino... pues el tiempo pasa y cada uno te trae determinadas enseñanzas.

Para ti: Antes de despertar te contaré que hay recuerdos, no sé si los guardaré – pretendo verlos pasar – seguramente sonreirás con cada palabra escrita. Sólo te pido que recuerdes mi sonrisa, mis gestos, mi respirar...

Yo, cuando observe cada lugar – seguramente cerraré los ojos y pensaré en ti - Despierto entonces...

Hace frío, la vida sigue... él tal vez despertó con ganas de trabajar (sarcásticamente) y las piezas del rompecabezas que estas últimas semanas se movieron, llegaron a encajar en cada lugar... pero hay unas cuentas que cambiaron de lugar.
Observaba el amanecer lluvioso y no tengo ganas de salir de casa... me confieso perseguida.

 

lunes, julio 04, 2011

NO ME DIGAS ADIÓS




-          Simplemente no te vayas…

Haber, seamos francos… ¿Quién en algún momento de su fenomenal vida no tuvo que decir adiós y se sintió terrible? Si alguien levanta la mano para afirmar que no es así...ahora mismo le cae un taconazo.
Pero bueno, por sobre todo está el valor que debemos tener para poder decir “Adiós”
Haber, empecemos a hablar de nuestro poco aliado “Adiós” – Sobretodo cuando lo expresas al mirar a los ojos a alguien que te dio tanta felicidad – ese, ¡si que duele!
Y de esos “adiositos” hay de muchos tipos;

-          Están los que sin ningún reparo, sueltan su popular “un comercial y regreso”... me refiero a esos – que cuando supuestamente todo va bien – tienen ganas de pedir “tiempo fuera” y no vuelven más. No hay un mensaje, un chat online o alguno de esos secretitos que a veces son tan útiles para mantener un alejamiento amistoso.

Luego te enteras que aquel tiempo que le diste sólo sirvió para que conociera mejor a su nueva conquista. Entonces se te cruza en el camino y esperando una explicación, sientes que es el momento preciso para decir “Adiós” – empieza a defenderse, excusarse – tú esperabas un “lo siento, discúlpame, deseo que seas feliz”. Aquí es donde entra a tallar tu amor propio y lo miras directito a los ojos y tomándote tu tiempo, pronuncias cada letra – le dices “Adiós” – volteas y sin ninguna pena por el susodicho que pierde a un mujerón, te vas. Te das cuenta que las ganas de aniquilarlo, simplemente desaparecieron.

-          Hay otros que sin ganas de poner una música romanticona, te miran a la cara, abrazan, sueltan, vuelven a abrazar, te vuelven a soltar... ¡Caray!- ¡Para! se agachan y dicen “no eres tú - soy yo”. El “adiós” aparece al instante y tú te quedas pensando en – ¿cuándo se fue de nuestras manos “el amor”? ¿fui yo? ¿Por qué no me di cuenta? ¿Así de fácil caserito?– sonríes para no desplomarte de la pena y das a entender que no pasa nada...la vida sigue. Ese “adiós” es algo confuso, porque te deja con tantas preguntas.
-          De pronto se me viene a la mente otro tipo de decir “adiós”, ese que después de tanto tiempo de amor, nada es igual, ambos cambian y ya sólo hay “cariño”, no dan para más – mientras los dos recuerdan tantas cosas que llevaron a concretar una relación, se permiten entender que se acabó – simplemente es momento de dejar ir y partir. Todo termina, entre abrazos y sonrisas dices “Adiós”. Pasa el tiempo y encuentras a esa persona y la vez como alguien especial, a la que siempre guardarás en el corazón, no hay reclamos y eres feliz de saber que es feliz...no hay problema.
Pero si confesamos, eso es por parte de ellos... ¿qué hay con nosotras? Al igual que ellos, nosotras también tenemos esos arranques de chibolas, “maduras” y coquetonas para decir “Adiós”.
 
-          Recuerdo que hubo un “adiós “ que me lastimó tanto como a él...con el dolor de nuestros corazones, nos despedimos y partimos a un viaje de “la vida continua”...supimos que el amor reciclado no es algo bueno (pero ese es otro tema). Y entonces “Adiós”. Ahora, tenemos mejor relación – somos amigos.

-          También está el “adiós” de la chata erótica, sí ese “adiós” que pasado unos días se convierte en agarre mientras busca y caza un nuevo amor. Este te acarrea problemas, habladurías, miradas de desprecio.

-          El “adiós infeliz”, ese es el de una arpía, sin reparo ni remordimientos...si no lo quieres más, no más – así de fácil – pero que termina siendo doloroso para el susodicho. Mientras que para aquellas, con dos lagrimas (una en cada ojo), volteas y dejas que se corte lo que quiera.

Y tantos “adiositos” que podemos mencionar...hay de todos los gustos y sabores.

Pero hay uno que es insoportable, ese que como un trago amargo tienes que empujarte hasta la última gota. No lo veo como un “adiós”- mejor dicho – no quisiera que sea un adiós, sino un “volveré” “no me voy” “te quiero conmigo siempre” (mucho perdir)
Eso eso eso (como diría el chavo), estoy a punto de pasar por ese “adiós”, en unos días tendré que despedirme y cerrar mi puerta.
. No hay opción de mirar atrás
. No hay regreso
. No más sentimentalismo
. No más palabras

. No más de otros detalles...

¿Cómo se siente? ¡Uuff!, para ser sincera me duele tanto tener que enfrentar esa despedida...
En este caso, te sientes tan débil, triste, apenada...pero en algo  somos expertas – siempre vemos las cosas por el lado amable.
Alguien me dijo, no recordar lo que queda sino lo que se lleva...en su caso. En mi caso, lo que queda es realmente encantador.
Dije una vez que no me gusta guardar recuerdos, pero sí mencionarlos; me quedo con:
-          Su silencio al entender el mío
-          Sencillez en aquella personalidad que sorprende
-          Experiencia al manejar cada instante
-          Diversión en cada encuentro
-          Sus besos, intensamente recordables
-          Sus caricias cada una más encantadora que la otra
-          Las sensaciones y deseos que despertó en mi
-          Sonrisas, una mezcla de dominio y gusto por la vida
-          Y tantas palabras...
No quiero que te vayas – quisiera más que un “adiós” un silencioso murmullo - “volveré”.
¿Por qué?, ¿Por qué la vida es tan complicada?

Si tan sólo aquellos “adiositos” fueran simples...como aquellos que se ilustran en miles de películas y telenovelas – esos que con un vaso de “wisky bien añejo” en la mano, te olvidas de la despedida dolorosa o con un par de “tequilitas” moqueas en el hombro de tu amiga y al día siguiente o volvió porque no quiere dejarte (o sea el guionista cambio de opinión) o simplemente no duele tanto como crees- ¡aish!

Pero es más tranca que nunca, es tan triste...sólo te queda las ganas de tomar unas pastillitas de “chiquitolina” (mismo chapulín, ¡help me Chapu!) y meterte en su equipaje y cuando haya llegado a su destino - ¡Tatan! Acá estoy y viviremos felices por siempre – Pero naaa...es imposible.
Por último, sólo te queda recibir aquel baúl de recuerdos que se quedará a tu lado – con la sencilla razón – decirte: “sé lo que sentiste la vez pasada”.