
Nos encontramos, sin ningún arreglito…
Un momento de alegría que nos unió en una historia, simple, corta pero de un lindo recuerdo.
Yo, se podría decir que para él más bonita, siempre sonriente, soltera y con algunos planes por delante, (espero que sí)
Él como siempre con sus bromas pesadas de cómo, según él, me hizo caso… a decir verdad fue éste el que me rogó que le hiciera el favor.
Al final, estábamos contentos de volver a vernos…
Hubo tiempo de hablar de cosas que no quedaron claras, pues después de terminar ambos desaparecimos de nuestro circulo amical.
Tuve la osadía de preguntarle si me fue infiel, por algunos comentarios y sucesos que me hicieron dudar de su amor.
Empezamos por recordar la forma como estuvimos…
Luego los encuentros en la biblioteca, coincidencias de la vida, la ayuda en algunos trabajos, compuestos por opiniones de terceros… y así empezó la amistad que duró un buen tiempo.
Pero entonces llegó el momento exacto para cambiar esa amistad…
La emoción por un evento nocturno, luego el paseo con algunos amigos que aún estaban con nosotros y que se despidieron al saber que tocaban violín...
Me pidió sentarnos para conversar, la clásica telenovela de la declaración amorosa y los nervios por la respuesta.
Empezó por;
Desde que te conocí… lalalalalala… y terminó por; Me gustaría que me dieras una oportunidad… ¿quieres estar conmigo?
Estaba nervioso, hasta más no poder… según él, ahora, porque era la primera a la que se había declarado como se debe.
La respuesta de un SÍ… le puso en las nubes, pudo al fin besarme… caminar de la mano, hablarnos siempre, mensajes cuando no nos veíamos (algo que sucedió constantemente)
En fin, detalles que terminaron por pedirnos tiempo.
Ahí el detalle… él me pedía tiempo para nosotros y, yo pensé que no quería más nada conmigo… y según él, terminé la relación.
Cosas aquellas… entonces sólo atinamos a reír de aquel suceso que terminó con nuestro pequeño tiempo juntos...
A ambos, espero yo, nos gustó aquel encuentro.
Encontré más que un amigo, un sentimiento guardadito, muy querido… él está bien, ocupado, con una responsabilidad grande que hizo que cambiara algunos desordenes en su vida.
Me dió gusto encontrarlo y, si en algún momento lee esto, sabrá que hablo de él, pues sólo él puede identificar esa alegría al describirlo.
Es alguien especial, lo sabe… y aunque el tiempo no nos unió nuevamente o terminó por separarnos, sabemos que nos tenemos.
Que estoy y está a pesar de todo.
Pido a Dios que lo bendiga muchísimo… lo quiero y nunca lo voy a olvidar.
Sé que donde estés, me recuerdas y me quieres también, te agradezco por ese encuentro… fue lindo verte.